En honor a
Fanny
Terminó
con ovación el Festival Iberoamericano
La edición número XIII de la fiesta cultural, cumplió con lo prometido
Grandes expectativas tenían
las personas con respecto a esta edición del Iberoamericano, pues su fundadora
y ya fallecida, Fanny Mikey, siempre se caracterizó por sorprender al mundo
entero con una organización e innovación que por 15 días paralizaban al mundo
entero.
Esta vez no fue la excepción,
pues Anamarta Pizarro directora del Festival, hizo una muy buena labor junto a
su equipo de trabajo quienes organizaron un evento inolvidable. La fiesta de
las mil caras hizo vibrar al mundo entero, en especial a Bogotá, donde todo se
vivió más de cerca, era la ciudad del teatro y la cultura.
Aun faltan algunas cosas por
mejorar como lo es un mejor manejo de la página web, una mejor información
respecto a las presentaciones y la traducción de algunas obras; sin embrago,
todo esto es cuestión de mejorar para futuras ocasiones.
El país invitado para esta
ocasión fue Rumania, las tres obras presentadas por este país fueron de agrado
para el público y encabezaron la lista de las mejores en todo el Festival.
Cifras
que dejan gran satisfacción:
- 2.8 millones de
espectadores tuvo el festival en salas, Ciudad Teatro, calle y espacios no
convencionales. La gente se agolpaba para ver el talento de los artistas “callejeros”
provenientes de todas partes del mundo.
- 283 mil boletas se
vendieron para espectáculos en recintos cerrados durante los 15 días de
duración del evento. Allí se encontraban las personas que tuvieron la fortuna
de deleitarse con grandes obras de teatro como ‘Esperando a Godot’, puesta en
escena del Teatro Nacional Radu Stanca de Sibiu, de Rumania, que se destacó
dentro de la programación del Festival.
- 3.000 artistas
participaron en el Iberoamericano. De este número, 1620 fueron especializados
en espectáculos de calle. El talento cultural de todo el mundo se dio sitio en
Bogotá.
Ahora sólo queda esperar la
próxima edición de esta fiesta, donde de seguro muchas más sorpresas estremecerán
al mundo entero.
Por: Johan Manuel Uriza