miércoles, 4 de abril de 2012



Tutú y zapatillas de punta para machos


La versión XIII del Festival Iberoamericano de teatro trae obras sorprendentes y que dejarían aterrados a nuestros abuelos. Para esta ocasión, los capitalinos podrán apreciar El Ballet Trockadero de Montecarlo, una compañía creada en 1974 en New York en donde aparecen en escena 15 bailarines en Tutú y zapatillas, todos hombres.
Su objetivo era desmitificar esas poses de divas y príncipes tan comunes en los ballets rusos de principios del siglo XX, y, aunque empezó como algo ligero y humorístico, terminó siendo una compañía que hace un homenaje a la danza clásica.




Su repertorio incluye montajes clásicos como el trágico El Lago de los cisnes, Giselle, Las bodas de Raymonda o Cascanueces. Parodiar es conocer, y esta es la clave de Trockadero, que sólo parodia algo que conoce a profundidad. Para ellos, hacer comedia es un asunto muy serio.


En el ballet hay un colombiano, Giovanni Ravelo,  nacido en Bucaramanga,  quien hace parte de la  agrupación neoyorquina  desde 2008;un dato   curioso,   el seudónimo que utiliza cuando interpreta a una mujer es Irina Kolesterolikova,  mientras  que  cuando  actúa  de hombre  se  llama  Marat  Legupski. 



Time Line publica una entrevista emitida por el canal Citytv en donde se podrá conocer un poco de este bumangués.

Citytv: ¿Cómo llegó al El Ballet Trockadero?


G.R:  Llegué por casualidad, por cosas del destino. Me parecía una locura bailar en puntas y vestido de mujer, no tenía un criterio claro de lo qué era Trockadero hasta que asistí a una de las clases.

Citytv: ¿Cómo es el desarrollo de los personajes?

G.R: Nosotros al llegar a la compañía nos dan un personaje de bailarina y de bailarín. Me gusta mucho cuando me toca hacer en una noche de hombre y de mujer porque el cambio es bien interesante. Los personajes se los inventa el director y al comienzo de cada función son anunciados de una manera muy seria. Se definen de acuerdo con nuestra forma de bailar: si somos agresivos, románticos, líricos, rápidos o si saltamos mucho.


Citytv: ¿Alguna experiencia que recuerda?


G.R: Mi primera función con Trockadero que hice de hombre, perdí la peluca, porque también usamos una, se me cayó en un giro por la inexperiencia, la agarré y salí corriendo del escenario. Quedó como una broma establecida del repertorio.


Citytv: ¿Qué ha sido lo más difícil de estar en la compañía?


G.R: Lo más difícil creo yo que es no traspasar esa línea delgada entre un drag-queen y ser un bailarín o bailarina de ballet, puedes caer en la exageración y entonces hay que medirse mucho, eso es lo más complicado porque una bailarina (mujer) es ella, es sexy tú tratas de copiarle la esencia sin caer en la burla ya que más que todo es un homenaje que se le hace a las bailarinas.


Citytv: ¿ Ponerse un Tutú lo acomplejó?


G.R: Al principio es una experiencia terrorífica, tener este vestido puesto y no verse la piernas cuando bailas. 


Citytv: ¿Bailar en puntas le costó mucho?


G.R: Bailar en puntas requiere obviamente de la técnica del ballet y los hombres usualmente no estamos formados para hacerlo, pero en sí la esencia es la misma; hay que ajustar el equilibrio y el alineamiento del cuerpo porque todo el peso cae sobre los dedos de los pies y nosotros somos más pesados que las mujeres.



Por Henry Castro Contreras
Fuentes:  eltiempo.com
               cromos.com
               trockadero.org
               youtube.com
               citytv.com



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