Time Line: ¡Nos vamos, pero la Bogotá cultural queda!

Durante unos meses Time Line albergo un número importante de artículos donde cada uno de sus integrantes expresaba desde su sentir e intereses lo mejor de la Bogotá cultural.

A diario los capitalinos se despiertan frente a una inmensa ciudad que parece no tener fin, una ciudad que debido a sus dirigentes de turno ha tenido un sinfín de cambios estructurales en sus vías y calles principales para darle paso al desarrollo y al progreso, pero debido a la corrupción indiscriminada de los mismo que elegimos para gobernar, han opacado la enorme belleza y la cara amable que esta metrópolis ha resguardado durante años. Solo se necesita alzar la mirada y ver con otros ojos, más allá de los trancones, los robos frecuentes y el estrés que cargan la población flotante de esta ciudad.

Gracias al trabajo humilde, pero responsable de Henry Castro Contreras, Daniel Escobar, Johan Manuel Uriza, Camilo Fresneda Larrota y Jhon Fredy Gómez (JOFFRY GOMUZ) Time Line dio lugar a muchas historias de lugares y personajes no escuchamos frecuentemente. Lograron dar voz a los personajes anónimos que a diario trabajan por esta ciudad desde las artes urbanas, la música y el teatro callejero.

Bogotá al igual que esta publicación que con cariño titulamos Time Line, es un paraje lleno de contrastes positivos, que para los ojos del curiosos, y de las inquietas que buscan un espacio al cual adaptarse y sentir propio; brinda la oportunidad de ver y vivir diferente todos los elementos que flotan a nuestro alrededor y que llamamos realidad. Permitiendo que los capitalinos y nuestros lectores respiren un aire diferentes, lleno de los temas que nos gustas e interesan; temas que muchas veces no tratamos por el trajín y el afán de la vida actual dentro de una metrópolis que permanentemente vive un constante cambio.

Time Line fue el espacio para que todas las personas se den cuenta que la cultura siempre estuvo ptresente en la historia de la ciudad, y que se mantiene presente hasta la actualidad, reflejado en los documentos y las edificaciones, que con el paso de los años se han mantenido dispuestos a continuar ofreciendo cultura, conocimiento y entretenimiento para aquellas personas que disfrutan de la literatura, la música, el arte y el cine.

Finalmente la cultura y la Bogotá cultural no mueren, por el contrario vive en cada suspiro de la persona que se emociona cuando observa una obra de teatro callejero, una exhibición de arte gratuito en los diferentes museos de la ciudad. También vive a través de la persona que se mueven al ritmo de los nuevos sonidos experimentales que crean los nuevos grupos capitalinos. Sin olvidar que la Bogotá cultural que Time Line quiso promover vive en cada uno de ustedes… Nuestros lectores.

¡GRACIAS TOTALES!